No sé si vosotros tenéis la suerte, como nosotros, de tener pueblín. El que lo tiene, sabe que es un auténtico lujo, sobre todo si tenéis niños pequeños. Menuda gozada abrir la puertina de casa y ala, a correr.
El plan con niños que os traemos hoy, es para aquellos que no tenéis esa suerte, o si eres como nosotros que os apetece hacer algo diferente, para variar.
Este fin de semana nos apetecía mucho pasar un día de prao, así que buscamos un área recreativa para pasar el domingo, eso sí, esta vez con un requisito, que tuviera parrillas para poder hacer unas costillinas. Ya estamos un pelín casados de bocatas y tortillas, jeje.
Nos decidimos por ir al área recreativa de Paraes en Nava, porque aparte de tener parrillas, también tiene bar, baños y un pequeño riachuelo, además de que tiene parque y zonas para que los niños jueguen.
Lo primero, deciros como llegar. Si entráis a Nava desde la N-634, tenéis que coger la antigua carretera de Nava-Villaviciosa (está indicado). A partir de aquí solo tenéis que leer, pues tienes el cartel de área recreativa cada poco hasta allí. Está a unos dos kilómetros de Nava.
Por partes. Lo primero que tengo que decir es que los niños la gozaron, pero de verdad, se lo pasaron pipa. No tuvimos niños en todo el día.
Importante, como sabíamos que había un pequeño riachuelo y como conocemos a nuestros hijos, nos dio por llevar ropa de cambio. Bien pensado, acertamos. Nada más llegar, como es costumbre, balón. Pues no había pasado un par de minutos y la pelota al agua. No pasa nada, se la sacamos y listo. Al segundo y medio, pelota al agua (hum). Otra vez con cuidado les sacamos la pelota. No nos habíamos dado la vuelta y “zas” otra vez (para mí que en este momento ya lo hacían adrede, así que les dijimos a los mayores que los cogieran con cuidado, aunque sabíamos de sobra que en cualquier momento íbamos a oír eso de: ¡¡¡niño al agua!!!
A partir de aquí lo tengo un poco confuso, lo único que sé, es que oía cosas como “porque él sí y yo no” o “yo también quiero”. Lo cierto es que en cero coma (como suelen decir ellos), los tenia a todos metidos en el agua. Como tuvimos la suerte de tener un día genial y como el agua no estaba muy fría, los dejamos, además había muchísimos renacuajos, por lo que estuvieron súper entretenidos.
Más cosas. Hay un pequeño parque infantil con un columpio y un tobogán, aunque lo que más les gustó fue la arena que había, con la que estuvieron haciendo castillos y pozos, muchos pozos (muy divertido para ellos, pero si contamos que estaban previamente mojados, ya sabéis el resultado).
También tiene una zona de árboles, donde estuvieron jugando al escondite y alguno hizo un poco el saltimbanqui.
Para los papas, deciros que tiene muchas mesas y bancos para comer, casi todas con su propia parrilla, eso sí, no son todas iguales, así que si pensáis hacer allí la comida tendréis que madrugar para poder coger una un pelín más grande que la que cogimos nosotros (que era muy pequeñita). Tiene bastantes árboles por lo que hay bastante sombra. El aparcamiento está bien, tiene bastantes plazas para los coches. El reguerín que hay, sirve muy bien (aparte de para que se refresquen los niños), para poner las bebidas a enfriar.
Lo que era más importante para nosotros era que hubiese baño y bueno…, baño había, pero era compartido para todos (el de chicos estaba cerrado) y la limpieza, ya desde primera hora brillaba por su ausencia. El bar, este no sé cómo enfocarlo. Si sois escrupulosos ni se os ocurra acercaros a él.
Para empezar su nombre es “bar reinols paf”. Cuando llegamos aún estaba cerrado, por lo que el nombre nos pareció gracioso, pero luego entendí mejor lo del nombre. Para empezar, la mujer que lo llevaba, apareció con sus perros, los cuales nada más salir del coche corrieron a hacer sus necesidades por donde quisieron. En esta ocasión escogieron el tobogán para orinar y la arena y el prao para hacer “popo”. Nosotros muy educados, fuimos a preguntar si aquel área recreativa era pública o privada, a la que la mujer nos dijo que pública, así que le dijimos que teníamos niños que tenían mucho miedo a los perros y queríamos saber si se podían tener perros sueltos, porque entonces nosotros no volveríamos. La contestación de la mujer fue, que estaba prohibido tener perros, pero que allí siempre se soltaban los perros y que si no nos gustaba… y que conste que no tenemos nada en contra de los perros (de hecho nosotros tuvimos perro), pero lo que no nos gusta es la poca responsabilidad que tienen algunos dueños de los actos de los animales.
Ahora vamos al bar (no es necesario coger allí la bebida, la podéis llevar de casa). Nos dio por tomarnos un café después de la fartura de costillas y nos encontramos que el bar estaba… si entra allí Chicote le da un mal. El café hecho con cafetera como las de casa (sin problema), la leche recalentada (a saber cuántas veces) en una jarra en el microondas, eso sí, te la pasaba por el colador. Si se te ocurre pedir café con hielo (aparte de que te cobra 50c más), abre la nevera y te echa el hielo con las manos, dedos que previamente se había chupado cuando había puesto un helado de corte que le habíamos pedido (no hay otro helado) y más cosas que creo que no hace falta decir.
Esto no nos gustó nada y ya sabemos para otra vez, pero en general pasamos un día genial, sobre todos los niños que se lo pasaron en grande, hicieron amigos, jugaron a la pelota, a un montón de juegos, se medio bañaron, cogieron renacuajos y muchas cosas más…
Nosotros quitando lo del bar y lo de los perros muy bien también. Pasamos un gran día en buena compañía y viendo como nuestros hijos estuvieron a gusto y disfrutando de un gran día de prao, ah y las costillas buenísimas y ya se que esta mal que yo lo diga, pero salieron...
Muchos besos de Asturianinos.
Muy buena pinta, tomo nota del sitio ! ; )
Saludos