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En la playa de Poo

En esta ocasión, con la llegada del verano y del buen tiempo en planes con niños en Asturias nos hemos ido a la playa. Deciros que como lo primero son los niños buscamos una playa en la que nuestros hijos se lo pasaran en grande y disfrutaran de un día de playa perfecto.
Así que decidimos ir a la playa de Poo en el concejo de Llanes. Esta playa esta muy bien comunicada y se llega a ella con mucha facilidad. Para llegar hasta ella nos dirigimos por la autovía A-8, sentido Oviedo-Santander hasta la salida 307. Una vez que hemos salido, nos encontramos con una rotonda, allí tomamos la desviación que pone Celorio-Llanes y seguimos por esa carretera como unos 4 km. Hay que estar atentos porque a nuestra izquierda aparecerá un camino  que nos pondrá “playa de Poo 1 km”, así que giramos y seguimos por ese camino hasta el final.
Al final del camino te encuentras con un aparcamiento junto a la playa. Este aparcamiento es privado y te cobran 2 euros por estacionar, pero si os tomáis algo en el hotel que hay en la playa, hacéis un gasto superior a 6 euros y le lleváis el ticket al aparca coches os devolverá los 2 euros. Se trata de una playa con forma de cala, de arena fina y blanca, de unos 150 ms de longitud, ubicada en una ensenada en la desembocadura de un pequeño arroyo. Tiene duchas, papeleras y servicio de limpieza pero para ir al aseo hay que recurrir al hotel.
La playa es increíble. Para los niños es perfecta ya que apenas existe oleaje ni corrientes gracias a su forma de embudo, así que pueden bañarse como si estuviesen en una piscina.
Cuando llegamos se dio la circunstancia de que estaba la marea baja cosa que a los niños no le importó ya que así tenían espacio para hacer sus castillos de arena, jugar a las palas o hechar un partidin con los papas.
Al estar así la marea decidimos dar un paseo por la arena y descubrimos que el mar deja muchos “agujeros” con agua, los cuales son perfectos para los niños porque aparte de que el agua esta muy calentita, apenas te cubre unos cuarenta centímetros.
Después del paseo y de disfrutar de la belleza de la playa nos fuimos a comer. Como ya he dicho en otras ocasiones y para ser fieles a nosotros mismos, tiramos de tupperware y de bocatas.
Después de comer comenzó a subir la marea y toda la arena se convirtió en una gran piscina donde grandes y pequeños disfrutamos del baño durante toda la tarde. He de decir que nunca habíamos estado en esta playa pero seguro que volveremos porque aparte de su belleza, los niños lo han pasado en grande y quieren volver. Así que si tenéis la posabilidad de ir a conocerla es mas que recomendable.

Un saludo de asturianinos.

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